En convalecencia,
la piel no intenta
y el deseo desaparece.
El antideseo de un otro
trasluce en mi ser la necesidad
de la carne.
Cuantos cromagnones preciso entonces?
Cuanta histeria debo tolerar?
Entonces la lujuria y la carne persisten en la piel.
Y es porque la noche no da tregua
que la casería sigue en marcha.
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